Hongo Xilófogo

Los Hongos que dañan y degradan la madera en exteriores son del tipo Lignívoro. Que pertenecen a diferentes especies presentes en la atmósfera bajo la forma de esporas. Estas esporas logran penetrar a la madera cuando ésta no se encuentra tratada con algún producto protector como Xylamon o Xyladecor o cuando la madera está agrietada o torcida. Cuando los hongos comienzan a destruir y degradar la madera se inicia el proceso llamado “Pudrición”.

Existe un tipo de pudrición denominado Blanca o Cúbica que ocurre cuando los hongos destruyen la celulosa de la madera. Cuando la materia destruida en la madera es la lignaria, se denomina pudrición fibrosa.

En ambas situaciones, la acción de los hongos producirá con el tiempo una pérdida considerable de las propiedades de la madera. Estos hongos no se desarrollan más que en presencia de oxígeno, lo que explica que las maderas impregnadas por completo en el agua no se pudren. Para las especies más peligrosas, la humedad de la materia debe pasar el 22% y la temperatura óptima del aire se sitúa generalmente entre 20 y 30º C. De todas formas, algunas variedades, pueden comenzar a desarrollarse a partir de 10º C.

Control de
Termitas

La pudrición por efecto de los hongos es un problema que puede evitarse mediante la prevención. La mejor manera es darle protección a la madera es tratándola antes de su utilización con productos protectores como Xyladecor, que no sólo evita el efecto nocivo de los hongos, sino que además protege contra insectos como las termitas y otras plagas.

Control de termitas - Ricardo_Fernandez_Barrueco

BARRERA QUÍMICA

Las barreras químicas son altamente efectivas y han sido utilizadas por muchos años en todo el mundo, tanto en tratamientos preventivos. como curativos contra los ataques de Termita Subterránea (Pre y Post construcción). Los resultados de investigaciones y uso comercial de estos productos, han demostrado que la utilización de termicidas de uso profesional, permiten aplicar barreras químicas efectivas de largo poder residual.

Los termicidas convencionales son aplicados en forma líquida, por lo que forman barreras efectivas alrededor de muros y cañerías, y aunque su aplicación requiere de personal especializado en el manejo de insecticidas, el proceso de aplicación es rápido, seguro y garantizado. En general se puede indicar que las barreras químicas son efectivas. Es el método de control más usado en el mundo.

CEBOS SÓLIDOS PARA TERMITAS

El uso de cebos para termitas contempla la instalación de estaciones en el suelo (patios) cada 3 a 5 metros y alrededor de estructuras afectadas. De esta manera las Termitas Subterráneas, ubican las estaciones y se alimentan de cebos celulósicos dispuesta en ellas. En las estaciones activas, esto es en aquellas que presentan Termitas vivas, se reemplaza la madera por un cebo de celulosa impregnado con el ingrediente activo. Las Termitas se alimentan del cebo, lo cual les causa una mortalidad retardada. El modo de acción es lento (3 a 6 meses), y es trascolado por las obreras, mediante la trofalaxis que es transferido por contacto, roce y por sobre todo el canibalismo entre los reproductores y los restantes miembros de la colonia que no han estado en contacto directo con el cebo. Con esto se consigue una alta mortalidad de Termitas, sin haber sido detectado el ingrediente activo por parte de todo el “termitero”. La técnica de cebos tóxicos bien utilizada, reduce drásticamente las cantidades de insecticidas, como son los termicidas aplicados al suelo como barrera tóxica en los tratamientos preventivos.

TRATAMIENTO DE PRE-CONSTRUCCIÓN

Aplicando el Termicida justo antes de la instalación de los radieres y cimientos a una razón de 5 litros de dilución por mt2. En forma perimetral de igual manera a los cimientos y aspersión de todos los radieres de la futura construcción. La aplicación debe ser efectuada con máquinas de gran caudal y presión con el propósito de homogenizar y reducir la volatilización de la mezcla y especialmente la fotolabilidad (inactivación del químico frente a los rayos solares), hasta poner el hormigón en los pisos. El tratamiento va dirigido a provocar un aislamiento químico entre el suelo y la construcción, por lo que sólo se debe tratar el primer piso y no las elevaciones, en todas las edificaciones nuevas.

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